Por: Eric Beugnot, Agencia Francesa de Desarrollo

Como parte del equipo de innovación de la AFD, la Agencia Francesa de Desarrollo, he estado pensando en cómo podemos reforzar los esfuerzos de ampliación para lograr un impacto sostenible. Si bien mi trabajo me sirve de base para mis opiniones, las que se expresan a continuación son mías.

La idea de contar con una comunidad para la ampliación desde el Sur Global, como el grupo de autores del Llamamiento a la Acción desde el Sur Global sobre la Ampliación del Impacto, es estupenda y útil, y puede ayudar a los donantes en sus esfuerzos emergentes para ampliar sus actividades, superando su enfoque tradicional de proyectos.

Estoy de acuerdo con las ocho acciones de la Convocatoria, pero es la acción 2, "ampliar su comprensión de los enfoques participativos", en la que quiero centrar principalmente mi intervención.  

Los donantes, tanto bilaterales como multilaterales, se ven a menudo obligados a rendir cuentas para entregar el máximo de ayuda en el mínimo tiempo. Desgraciadamente, estamos en un mundo que da preferencia al corto plazo, aunque, a largo plazo, el impacto podría optimizarse si se adoptara un enfoque de ampliación. Perseguir una visión amplia, evaluar los impulsores y los obstáculos de la ampliación, y encontrar socios que los aborden con un enfoque sistémico es más caro (tanto en consumo de tiempo como en costes operativos) que hacer lo que los donantes han hecho siempre: proyectos en los que la intervención es bien aceptada, con un socio local en el que confían, con el mínimo riesgo para obtener resultados rápidos. Ampliar "quién define y contribuye al impacto a escala óptima" (acción 2) puede ayudarnos a alejarnos del statu quo.

Cuando los donantes trabajan con investigadores del Sur Global, el perímetro suele ser limitado por las razones explicadas anteriormente. Debemos explorar cómo se puede reforzar esta relación para aliviar la carga de la evaluación de la ampliación, compartiendo la exploración de las oportunidades de ampliación al principio de un proyecto; en primer lugar, ampliando la visión de las necesidades mediante la adaptación al contexto local, ya que se trata de una especie de estudio de mercado (quién está interesado en la ampliación y quién no). El conocimiento local sobre el terreno es esencial, pero los donantes suelen tratar con consultores locales en lugar de con investigadores porque es más fácil de contratar. En segundo lugar, tenemos que averiguar cómo se puede incluir a los investigadores en la evaluación de la viabilidad de la ampliación. ¿De qué especialidades de investigación se dispone para ello (como economía, sociología o cuestiones institucionales)? ¿Es compatible la realización de investigaciones para informar sobre los esfuerzos de ampliación con los objetivos del investigador (que pueden ser más científicos o menos operativos que la visión del donante), y cómo se les puede compensar? Por último, según mi experiencia, la comunicación con los donantes es escasa al principio de un proyecto, fuera de los contactos habituales, como los administradores locales, las empresas públicas o las ONG dedicadas y conocidas. Una mejor comunicación por ambas partes puede ayudar. Si los donantes anuncian un proyecto en un área limitada, una comunidad de investigadores puede decirles cómo pueden ayudarles a hacerlo mejor (pensando en la acción 1).

Para los donantes, una asociación con los investigadores es intelectualmente atractiva, pero hay que abordar concretamente los obstáculos mencionados. Desde mi punto de vista personal, las inversiones en la ciencia del escalamiento (acción 8) deben ser muy prácticas:

- Realizar un inventario geográfico para comprender en qué lugares del mundo hay comunidades de investigadores dispuestas a trabajar en la ampliación y en qué ámbitos;

- Explorar los diferentes medios de comunicación entre los donantes y los investigadores;

- Abordar los obstáculos contractuales a la colaboración; y

- Comparta historias de éxito para inspirar otras nuevas.

Mi esperanza es que en los próximos meses y años veamos un cambio de metodología y la movilización de múltiples actores (donantes, sector privado y otros) hacia una visión compartida para ampliar el impacto. Las acciones prácticas del Llamamiento a la Acción pueden ayudarnos a conseguirlo.

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